lunes, 18 de mayo de 2015

Infancia, de Jona Oberski


Este libro contiene las memorias noveladas de cuando el escritor neerlandés Jona Oberski era un niño ingenuo, inocente y muy indefenso, durante su estancia en los campos de concentración de Westerbork y Bergen-Bergen. Estuvo allí de los cuatro a los siete años, con sus padres, mas sólo él sobrevivió para contarlo.
Oberski nos relata al principio la difícil vida de una familia judía en Holanda, cuando ya los nazis estaban controlándolo todo. Primero les llegó la discriminación, después la escasez y por último la detención y posterior deportación a los tristemente celebres campos de concentración.
La narración es en primera persona desde la perspectiva de un niño que en la novela no tiene nombre. Oberski cuenta las cosas cómo las percibía en aquel entonces, con una enorme ingenuidad que mucho le ayudó a ver pasar el dolor sin tener que tragárselo, como sí hicieron sus padres y por lo que terminaron muertos.
Muchas cosas en esta novela están sólo sugeridas, debido a que el niño no alcanzaba a comprender todo de lo que estaba pasando a su alrededor. Aun así, la infancia de los niños en los campos de concentración, sus juegos y sus miedos, están bien y conmovedoramente plasmados por el autor.
Pero en varios aspectos la obra está un tanto floja. Es, sí, un aterrador testimonio de sufrimiento novelado por alguien que lo vivió, pero como obra literaria, que también lo es, no me acabó de convencer. No digo que no haya sido una interesante estrategia por parte de Oberski recurrir a la perspectiva de un niño para narrar la historia, pero el resultado quizás no es ni lo que él mismo esperaba.
Recomendable para quien busque una novela sobre la triste separación de una familia por causa de la locura y la maldad del ser humano. Y un punto a su favor radica en que no es -sólo quizás en una necesaria y pequeña parte- ficción. Razón de más para deprimirse leyéndola.

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